(2.019). Dirigida por Benito Zambrano. Guion adaptado de la novela de Jesús Carrasco, por Benito Zambrano y Daniel y Pablo Remón. Con la colaboración de Luis Tosar (Pastor), Luis Callejo (Capataz), Jaime López (Niño), Vicente Romero (El Triana), Kandido Uranga (El Viejo), Juanjo Pérez Yuste (El Segovia), Adriano Carvalho (El Portugués), Manolo Caro (El Tullido), Mona Martínez (Mujer cueva).
1º) Porque Benito Zambrano hace que la miseria de la postguerra española se redima con una estética de western.
2º) Porque el desierto del altiplano granadino se vuelve un decorado de una belleza irreal.
3º) Porque, revestida de un aire de western, la película es casi una fábula basada en el eje inocente-héroe-villano.
4º) Porque los protagonistas no tienen nombre y los malos solo tienen apodo.
5º) Porque no es la primera película del joven actor Jaime López, una auténtica revelación.
6º) Porque la película no sería la misma sin la presencia del héroe sin nombre, Luis Tosar.
7º) Porque Luis Callejo encarna un malo perfecto: y con su sidecar nos recuerda que, aunque los tiempos están cambiando, todo sigue igual.
8º) Por sus secundarios: Juanjo Pérez Yuste, Adriano Carvallo, Mona Martínez, y nuestro queridísimo Vicente Romero.
9º) Porque la obsesión que tiene el personaje encarnado por Luis Tosar de enterrar a los muertos, sean quienes sean, es algo más que un gesto.
10º) Porque, rodada en coproducción con Portugal, nos recuerda el buen estado de salud del cine andaluz.