Si analizamos la filmografía de los hermanos Cohen encontraremos varios tipos de películas: las comedias disparatadas que siempre se les ha dado muy bien. También ruedan películas ambientadas entre los años 30 y los 50 que aunque hayan tenido resultados dispares (como «Burton Fink» o el caso de “O´ Brother”) sirven para reflexionar sobre cómo era la sociedad estadounidense en aquellos años y que quizás en algunos aspectos no ha cambiado tanto.
Los Cohen lo hacen todo en familia y como Woody Allen o Clint Eastwood siempre tienen preparada la siguiente película en un «pis – pas» y mantienen un buen ritmo de producción.
Los hermanos Cohen, despacito pero sin pausa, a lo largo de toda su filmografía han fascinado tanto a críticos de cine como a público. Podría hacer una lista interminable de sus películas que he visto de ellos desde mi infancia en distintas televisiones públicas, picándome la curiosidad y así profundizado en su filmografía. «No es país para viejos» está a la altura de “Fargo” por la que recibió su merecido Oscar.
Toda la chispa de la historia surge de la casualidad y una codicia justificada por la apuesta por el sueño americano. Claro que luego todo se complica. A diferencia de «Fargo”, el policía interpretado Tommy Lee Jones, que está de vuelta de todo, se convierte en un mero observador al no poder intervenir en la situación de los hechos y logra esa ambigüedad moral de la historia.
Los hermanos Cohen adaptaron un libro digno de su filmografía. La violencia es muy seca y los personajes están compensados a pesar del macrobombo que la prensa le dio a Bardem.
Es un western de la frontera como «El bueno el feo y el malo», pero no rodado como una ópera, como hacia Leone, dándole tanta importancia a la música e incluso editando las secuencias en base a la banda sonora y no al revés (como se suele hacer). Como he mencionado antes la violencia es seca: los tiroteos, los accidentes, los asesinatos, las persecuciones etc…
LO MEJOR:
– El tiroteo nocturno entre Brolin y Bardem.
LO PEOR:
– Asimilar el desolador monologo final de Tommy Lee Jones.
Angelo Khemlani (director de cortometrajes,bloguero en «Bhollywood y Angelo», locutor en «¡No me cuentes peliculas!» y «Holocausto Zinéfago»)