1º) Por un dominio casi hitchcockiano de la puesta en escena.
2º) Por un final anticonvencional, a mucha distancia de los finales “made in Hollywood”.
3º) Porque Bong Joon-Ho construye meticulosamente el film en storyboards. A veces se tiene la sensación de estar dentro de un comic casi preciosista.
4º) Por una curiosa mezcla de géneros. El autor nos explica que no lo planea: “¡Solo sucede así¡”.
5º) Por un magnífico trabajo actoral, en el que vuelve a contar con sus actores fetiche: Kang-ho Song (“Crónicas de un asesino en serie”), Woo-sik Choi (“Okya”), y Jeong-eun Lee (“Mother”).
6º) Por su particular sentido del humor.
7º) Porque está plagada de pequeños detalles que encajan a la perfección. La canción “Il ginoccio da te” de Gianni Morandi da un contrapunto refrescante a una escena de la película.
8º) Porque, ambientada en la Corea actual, podría estar ambientada en casi cualquier gran ciudad.
9º) Porque la denuncia social vestida de comedia funciona mucho mejor.
10º) Porque, con la Palma de Oro del Festival de Cannes y el gran éxito en taquilla, consolida a Bong Joon-Ho como uno de los grandes creadores de la actualidad.