(1.967). Dirigida por Ken Russel, con guion de John McGrath sobre una novela de Len Deighton. Con la colaboración de Michael Caine (Harry Palmer), Karl Malden (Leo Newbigen), Ed Begley (General Mindwinter), Oskar Homolka (Coronel Stok) Françoise Doléac (Anya) Guy Doleman (Colonel H. L. Ross), Vladeck Sheyval (Dr. Eiwort), Donald Sutherland (Scientist at Computer).
1º) Porque la primera escena es un largo travelling, precioso homenaje al género negro.
2º) Por la certera dirección del director británico Ken Russel, en un género que no le es habitual.
3º) Porque esta vez los títulos de crédito tienen un punto más sugestivo.
4º) Por la bella y frágil presencia de Françoise Dorlèac.
5º) Por un maravilloso elenco de secundario: Ed Begley, Karl Malden, Vladeck Sheyval y Donald Sutherland.
6º) Pero sobre todos destaca la presencia socarrona de Oskar Homolka, el inolvidable Coronel Stok de “Funeral en Berlín”.
7º) Porque cuando dos desconocidos se citan en una noria no podemos dejar de pensar en la misma película.
8º) Porque nos recuerda que, quizás en un futuro no muy lejano, sea un ordenador el que de las órdenes.
9º) Porque los millonarios del petróleo de Texas son una verdadera plaga.
10º) Porque la mirada fría de Harry Palmer no está exenta de una cierta ternura.
Lo que parecía ficción se ha convertido en una realidad mucho más inquietante.
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Si, desgraciadamente, por cierto.
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